desperté y vi con gusto a mi lado
-a esta Chinita la quiero.
dejé la cama y salí a la sala
para tomar este cuaderno que es diario,
entonces supe que no podía escribir
y aún más, pues yo no estaba aquí.
me busqué en la tinta y el carboncillo,
en la mesa y en el espejo,
también traté llamar por mi nombre,
pero no me respondí.
por eso esta noche hago recuento
de un día con muchas cosas llenando
cada hueco para enseñarme con detalle
que siempre hay por qué estar aquí
y también me enfrento a tener que enfrentar
-a esta Chinita la quiero.
mira: estoy aquí,
éste fue un día mío,
como son mis días,
variados aunque iguales,
activos en lo interior
y coloridos en tonos
que parecen casi iguales
si no comparas
con días atrás.
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