Éste es un árbol especial, nació en la zona de descanso de la facultad de psicología, donde acostumbrábamos pasarnos largos ratos reflexionando sobre cualquier pretexto para seguir ahí. Había un árbol parecido al que se ve en este dibujo, y sus grandes hojas siempre me dieron la impresión de ser cabezas colgantes que nos estaban mirando.
Árboles... tan fructíferos como la mujer misma, que cuando madre se entrega a dar sombra, a hospedar al ave que vuela y a la que vio nacer. Árbol que abre su corazón al sol y que añora alcanzarlo y rozarlo con su follaje; y que sin embargo, no despega los pies nunca de la tierra, tan afianzados como si supiera que en su historia esta su fortaleza. No por nada era maciza como un roble, la Merceditas.
ResponderEliminarNada que ver con tus dibujos o con algún significado churrigueresco que secretamente contengan, nomás me acordé y sentí que si no escribía, me daba el soponcio, ja ja.
Max Pirul.